jueves, 28 de agosto de 2008

"LA VOLUNTAD DE DIOS" DE JAIRO MERCADO ROMERO: EN LAS ENTRAÑAS DEL MUTISMO CLERICAL

Editorial La Oveja Negra publica en 1985 un libro de relatos del escritor sucreño Jairo Mercado, titulado Cuentos de vida o muerte. En dicha producción se destaca a modo de presentación que esa obra representa un hito en la evolución de la cuentística del autor. Son ocho relatos de los cuales es pertinente resaltar el expuesto en el título del presente texto, un cuento desarrollado a lo largo de ocho páginas y que gira en torno a cuatro personajes bien perfilados, quienes encajan perfectamente en el desarrollo accional de la trama y en la propuesta ideológica que subyace en la misma.

Si bien es cierto que el hilo narrativo logra el clímax por medio de un encadenamiento lineal de acciones, en éste hay lugar para uno que otro salto espacio-temporal presentado en instantes de evocación que realiza el personaje central del relato. Dicho actante escogido por Mercado para desarrollar la historia, responde al nombre de Humberto, un niño suspicaz, de cuna pobre y de ocho a diez años tal vez.

En cuanto a la esencia de la historia podemos decir que está enmarcada en dos planos, uno realista y otro místico. El último sustentado en esa aureola de misterio que por siempre ha ostentado la Iglesia católica, lógicamente alimentada por la idiosincrasia de sus fieles. En esos términos, el relato introduce al lector en los misterios de la vida religiosa desde el momento en que el protagonista en mención, es enviado por obligación a cumplir una prueba en la casa cural de un pequeño poblado (tal vez en Sucre o sus alrededores) para comprobar si reúne las virtudes necesarias que le permitan entregarse a la vida clerical. Inmerso allí, empieza a descubrir con la permisividad de su inocencia y sus ojos veraces pero inquisitivos, lo que se esconde tras altares, imágenes y sotanas; poco a poco transcurren durante su estancia particulares y jocosos sucesos que bien pueden asemejarse a las historias creadas por nuestro Nobel en pueblos costeños de nuestra geografía.

Claro está que el relato de Mercado dista de esa prosa alimentada de ornato y polisemia de Márquez, pues genera exactitud y verosimilitud al momento de narrar sin recurrir a complicados recursos de estilo. Tal vez el punto de semejanza radica en la ubicación del lugar donde transcurre la historia, pues es bien sabido que el marco narrativo incide en el desarrollo de la trama y el papel de los personajes, que en el caso del cuento en mención se ubica en un entorno caluroso, soleado, que invita al letargo, a la no reflexión y hasta a la alucinación.

De otra parte es prudente resaltar que la escogencia del narrador en primera persona en “La voluntad de Dios”, aparte de resaltar el valor testimonial de quien vive los hechos, se presta para dotar de intimismo tanto al espacio del relato como a la serie de conflictos que atraviesa el personaje de Humberto en el cuento.

Lo anterior es aprovechado por el escritor sucreño para sentar de forma directa su posición crítica ante una institución considerada por muchos como anquilosada y antidemocrática. Dicha actitud se refleja en el niño, testigo inmejorable de la ignorancia de los pobladores del lugar quienes idolatran al padre Cabrales hasta casi elevarlo a santo, por proezas que nunca suceden al interior de la casa cural y la parroquia pero que se muestran como hechos divinos. De igual manera frente a los apetitos carnales de Valentín y Rafaela -los otros personajes del relato- en las noches en plena casa cural, de la mentira abanderada por el propio padre a la hora de hacerse negar cuando un pobre requiere atención más no cuando es un rico.

Estos y otros episodios son descritos con humor negro, alta dosis de ironía, sarcasmo y sátira. Las imágenes que el relato sugiere son creadas a partir del uso de la jerga clerical y el léxico vulgar pero sincero de Humberto, quien descubre, sin querer, la maquinaria parroquial, erigiéndose como voz de denuncia aunque solo sea escuchado por él mismo y no traspase las cuatro paredes de la casa cural.

Así, el presente relato saca a la luz el hermetismo, hipocresía y monotonía que reina en la iglesia tanto a grande como pequeña escala, por medio del pequeño, quien termina creyendo que él tiene la culpa de no adaptarse a la vida sacerdotal, lo cual lo hace entrar en constantes reflexiones: “ Nadie mas que yo era el culpable de todo. Culpable por disponer de unos sentidos tan torpes que veían soberbia donde todo el mundo veía humildad, por ver la gula donde otros advertían la templanza(…), por oler sudores agrios y mierda donde otros respiraban perfumes de flores”(35).

Por las anteriores consideraciones el relato del autor sucreño, pese a su distante fecha de publicación, no desentona con estos tiempos a la hora de realizar lecturas alternativas a este tipo de instituciones que seguirán rigiendo los destinos de sociedades como la nuestra. Lecturas que pese a la dosis de humor no pierden su criticidad y al mismo tiempo generan goce, posibilidad de acción y reflexión.

José Alejandro Lozano Cardozo

Ficha del libro: Mercado Romero Jairo, "La voluntad de Dios" En Cuentos de vida o muerte. Bogotá: Editorial La Oveja Negra, Ltda., 1985

1 comentario:

  1. Mi pregunta es pura curiosidad:¿Es correcto referirse al Nobel colombiano como 'Márquez',a la usanza anglosajona, en vez de 'García Márquez', lo aceptado y apropiado en español?

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