martes, 9 de diciembre de 2008

DIA GNOSTICO: DE HOMBRES Y AGONIAS, DE LA POESÍA Y SU EXISTENCIA.

He leído poesías que me trastornan el pensamiento por semanas; otras apenas logran despertar como una magia que se desvanece en el instante de una inhalación, pero esta, aunque no trasnocha mi sentido lírico , tampoco despierta menos que un bostezo; tiene algo que impacta y que al mismo tiempo desencanta; eso es, una poética del desencanto de los hombres que viven socialmente deprimidos porque se dan cuenta que este mundo no fue hecho para sus mentes avanzadas y revolucionarias, para cerebros que quieren ver mucho más allá de lo que apenas el consciente percibe, y para individuos que son sólo eso, entes abstractos en un paraíso de representaciones que jamás los representa.

Tal vez es aquí donde pueda incluir al movimiento de finales de los cincuenta que estalló como respuesta a la crisis bipartidista que vivió el país: El nadaísmo, encarnado por hombres más bien excéntricos, contestatarios y activistas, se abalanzó en un sentimiento antipoético que buscaba no sólo desgastar las axiologías, sino volcar a la sociedad en un sentimiento anómico a través de la literatura - de la cual, en muchas ocasiones, denigraron-. Un ejemplo de sus burlas se evidencia en el empleo de pseudónimos que para nada tienen que ver con lo realmente nominal, sino que se aventuran al futuro simbólico eminente: X-504, de Gonzalo Arango, como una forma de mostrar los universos absurdos que a veces permean el mundo literario.

Sin embargo, en medio de este paraíso de reproches y acciones triviales que sustentaron su hecho ideológico, resaltan algunas muestras poéticas que bien podrían sustentar su hecho estético y que a mi juicio contribuyen a la consolidación de toda una propuesta literaria. DIA GNÓSTICO es un poema, o no lo se – a veces es difícil generalizar este tipo de escritura- que logra representar el universo solitario, deprimido y convaleciente del autor; como si en verdad estuviera esperando ese diagnóstico médico que comprobara su naciente enfermedad social. Pero es también un posicionamiento incrédulo, no definido frente al estado espiritual de calma y sosiego que se alcanza con la poesía: Es que mi amada está enferma, concluye el poema, y evoca el cuerpo putrefacto de una carroña, el templo de Apolo violado por la mano de Aquiles.

Todo el poema se justifica en el verso final, y aunque está formado por seis versos, parece que en ese final se concentraran todas las desgracias a las que un hombre está expuesto cada día de su existencia fuera del paraíso, en el exilio de si mismo; la amada yace enferma, expuesta al sol, a la fuerza de los ríos, desvanecida como ceniza y con miedo, y No es que el señor haya perdido el control del planeta, es que la poesía no puede consumarse, no existe actitud poética y por lo tanto el diagnostico es autorreferencial: Mario Arbeláez acepta su imposibilidad poética, su precariedad con la palabra y la imposibilidad de lograr el retorno al génesis, al orden.

En medio de la desolación y el abandono de la inspiración y de la posibilidad de concebir la palabra poética, está la expresión, común ante todo, mundana y contestataria, y me pregunto si esto no es la poesía misma; el estallido de un alma cansada de obviedades que se revienta en punzadas estéticas y alaridos de protesta, de burla y desconcierto. Mario Arbeláez presenta su DIA GNOSTICO en medio de dudas, justificadas; ya Borges aseguró en su ciclo de conferencias de Arte poética, que el acto poético es la revelación de otros mundos resucitados por la poesía, universos paralelos y simbólicos en los que la experiencia sucede, y la experiencia y el suceso son la poesía; así, las experiencias agónicas de un hombre, son la poesía que agoniza, la amada enferma que se presenta entre insolaciones y diluvios, revolcada entre cenizas.

Incluso, una reinterpretación de los versos, siguiere que aunque el poeta pueda tener momentos de extrema lucidez, por instantes se puede hallar ante un receso de inspiración que le Arruine la cosecha y que le lleve a los momentos de enfermedad, en los que nunca se pierde el dominio de la escritura, sino que no se alcanzan los efectos, no se logran los puntos delicados de equilibrio que la hacen obra de arte. Entonces, como acto de escritura, de experiencia, es poético y exige su propia interpretación, y aunque su fuente de origen no sea del todo confiable, esa fuente nos da los métodos y experiencias que necesitamos para interpretarlo, aun cuando estas no sean las liras de Orfeo que queremos encontrar, pero son, de todas maneras, reveladoras de la poesía misma.

Las visiones que sobre el Nadaísmo se han hecho en las historias de la literatura Colombiana no son las más alentadoras, y tal vez, eso sea parte del diagnóstico al que pretendían llegar los Nadaistas con su poesía y sus propuestas estéticas agónicas, sufridas y despojadas de todo elogio subjetivo. Revisemos a conciencia cada obra: podemos encontrarnos con bostezos, pero con seguridad, podremos hallar resquicios de poesía que se encarnen en el alma como una simple inhalación.
Omar Alejandro González.

DIA GNOSTICO
Si sale el sol es para arruinar la cosecha
Si se presenta la lluvia se desbordan los ríos
Si encendemos la chimenea se quema la casa
Si abrimos la ventana se nos entra un murciélago
No es que el Señor haya perdido el control del planeta
Es que mi amada está enferma.

Tomado de: Jotamario. Mi reino por este mundo. Bogotá: Biblioteca de Literatura colombiana/ Editorial Oveja Negra, 1986.

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