miércoles, 21 de enero de 2009

URSÚA DE WILLIAM OSPINA: UN FLECHAZO POETICO A LA HISTORIA DE LA CONQUISTA

La Nueva Novela Histórica (NNH en adelante) es una de las formas particulares que tiene la literatura para hacer menos marcadas las fronteras entre realidad y ficción, y actualmente, se constituye como la manera de reevaluar los discursos que sobre la historia han creado las fuentes oficiales, para ofrecer una nueva versión de los acontecimientos y abrir nuevas posibilidades de comprensión e interpretación del devenir del hombre en la historia.

Ursúa de William Ospina es una novela que se alimenta de este género y nos presenta de manera poética su versión de los hechos en cuanto a la conquista de América y el establecimiento de los colonos en el nuevo mundo. Aunque este acontecimiento histórico ha servido de pretexto para muchos escritores y se pone como firme candidato para la manipulación y las especulaciones, Ursúa se proyecta con firmeza y revela la cara que desconocemos de los conquistadores: la humana, la sensible.

Pedro de Ursúa, reconocido en las crónicas de conquista y de indias como uno de los sanguinarios y déspotas más grandes, nunca pierde en la novela esta condición, sólo que es acompañado por una serie de posibilidades en cuanto a su forma de pensar y actuar, que lo hacen ver frágil, dubitativo y torpe, con lo que la novela se aparta de lo maniqueo y estructura una visión especifica y centrada no en el hecho histórico sino en el hombre.

Precisamente en el capitulo 16 se presenta –como en muchos apartes de la novela- una de estás situaciones: el despiadado señor de la tiranía es tristemente maniatado por una joven muisca que le atiende y le sirve en todo lo que requiere, porque Pedro de Ursùa “… no se atrevía a aceptar lo que estaba sintiendo. Le habrá sido fácil darle una orden, o tomarla a la fuerza, pero hasta entonces Ursúa, que era altanera e imperativo, no sabía que hacer con los impulsos de la naturaleza. La vigilaba por las habitaciones de un modo a la vez travieso y cruel, después la perseguía sin saber bien que hacer con ella, pero gozando de la incertidumbre.” (Pág. 233).

Seymour Menton, uno de los más reconocidos estudiosos de este subgénero novelesco, plantea siete características constantes en la NNH, dentro de las que resaltan la recusación de historia oficial, y la desmitificación de las figuras de poder. William Ospina nos presenta un Pedro de Ursúa despojado de su barbarie y cinismo, cargado de temores, dudas, y hasta engorrosos enamoramientos. Un Ursúa prejuicioso que prefiere por encima de todo seguir siendo fiel a su dios sangrante y tumefacto, que pensar siquiera en la posibilidad de un dios con rostro de bestia y facciones de monstruo. (Cap. 20 .Pág.291).

La ingenuidad es el destino de Ursúa en la novela; su destino y su desgracia, porque a pesar de que su valentía no se pone en duda, ésta lo lleva a sufrir infortunios y amenazas que marcan su sino y definen el rumbo de sus últimos días. La avaricia y la sed de poder, -problemas de todos los conquistadores- lo hacen aun más ingenuo: Ursúa emprende muchos viajes en busca de tesoros, pierde a todos sus hombres y sus conquistas se vuelven contra si para juzgarlo.

Entiendo a Ursúa, es más, si fuera conquistador sería uno así, y creo que el personaje atrapa porque el narrador es un encantador de serpientes, no con música de flautas, sino con armonía poética en la descripción, certeza en los comentarios, y una increíble tensión, que mantiene al lector en un viaje de dos barcos: por el alma de Ursúa, y a través de los hermosos valles y la cultura de los habitantes naturales del reino de los indios.

Por medio de ésta posibilidad bipartita, William Ospina se abre camino en medio de las filas de españoles avaros y mezquinos, para hacer evidente los engaños, las traiciones y los crímenes producidos por la codicia. También la otra parte es el vehículo para contar lo hermosa de nuestras tierras, su fauna y flora, su cultura, tradición oral, mitología y sobre todo, el equilibrio y respeto por la naturaleza y por el otro.

Es absolutamente hermoso encontrarse con posibilidades, no con verdades, y la palabra poética de William Ospina ofrece la idea de un Pedro de Ursúa sensible, humano, que borra cualquier vestigio de maldad presentado en la novela para que en la mente del lector quede plasmado un hombre derrotado, traicionado por sus hombres y cegado por la codicia.

Ursúa es un libro apropiado para aquellos deseosos de fantasía y realidad enlazados por un finísimo hilo imperceptible que pulula, o mejor, hace pendular al lector entre la verdad y la posibilidad de los hechos que marcaron los inicios de la “civilización” y la extinción de nuestros antepasados.

OMAR ALEJANDRO GONZALEZ
Deathman1917@hotmail.com

Ficha del libro: OSPINA, William. Ursúa. Bogotá: Alfaguara,2005

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