sábado, 18 de abril de 2009

LA MINIFICCIÓN EN COLOMBIA

Sueño con inmensas cosmogonías, sagas y epopeyas encerradas en las dimensiones de un epigrama”
Italo Calvino

La minificción en Colombia, es un esfuerzo que se enmarca dentro de un convenio de cooperación suscrito entre la Universidad Pedagógica Nacional de Colombia y la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Xochimilco, de México, y se articula al propósito común de “difundir algunos de los valores culturales latinoamericanos, sin ningún interés lucrativo, y, fundamentalmente […] contribuir al diálogo fructífero entre críticos, profesores, estudiantes y los más eximios talentos de nuestras naciones, a más de ser un gran aliciente para el desarrollo cultural de nuestros pueblos”.


La responsabilidad del profesor Henry González Martínez hizo posible una antología de los más destacados minicuentos colombianos. Esta, se encuentra “compuesta de cincuenta creaciones […] de escritores representativos del género, en cuyos textos se recrean múltiples temáticas y se expresan las concepciones poéticas de cada uno, tendientes todas ellas a contribuir con la fina urdimbre de una creación estética como el minicuento”.

En el estudio preliminar que antecede a la selección de minificciones, el profesor González precisa los orígenes del minicuento; expone las posturas existentes frente a su denominación para concretar una noción al respecto; y determina la presencia y desarrollo de estas creaciones en Latinoamérica y Colombia, a partir del establecimiento de cuatro momentos significativos que determinan, de forma parcial, una breve historia de la minificción.

Los minicuentos que constituyen la antología, como lo afirma el profesor González, se caracterizan por una alta capacidad inventiva, ingenio, esfuerzo creador, concentración verbal y gran economía en el lenguaje. De esta forma, se desvirtúa que la reelaboración de un hecho demanda más de un millar de palabras; empleando pocas y sobre todo las certeras, es posible concretar una minificción lo suficientemente capaz de recrear el mundo.

Empero, esta no es la única cualidad de las minificciones seleccionadas. El tratamiento otorgado por algunos escritores a ciertos temas, se constituye en otra característica valiosa. En este sentido, la designación de ciertas situaciones de la vida cotidiana con otras palabras, deriva en ficciones magistrales que ponen bajo un velo cegador las temáticas abordadas. La exageración a la que es sometida la realidad, propicia un cariz irónico que pone en signos de interrogación la rigidez lógica del mundo; la inversión a la cual se someten algunos personajes, posibilita una desconfianza frente a la realidad.

Después de Elementos para una teoría del minicuento (1996) de Nana Rodríguez, Cuento y miniCuento (1997) de Ángela María Pérez y Antología del Cuento Corto Colombiano, La minificción en Colombia se erige, por una parte, como libro que formula algunos apuntes teóricos y unas hipótesis parciales acerca de la historia del minicuento en Colombia y, por otra, continúa reagrupando la producción minicuentística dispersa en periódicos, revistas y libros no especializados en este “genero”. De esta manera, La minificción en Colombia le confiere un status diferente al minicuento, el cual deja de ser un mero subgénero y adquiere otras dimensiones que permiten valorarlo como una creación literaria.

Gabriel Bermúdez

Ficha del Libro: González Martínez, Henry. La minificción en Colombia. Bogotá: Universidad Pedagógica Nacional, 2002. 97 paginas.

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