sábado, 4 de abril de 2009

VILLASAURIOS DE HECTOR SANCHEZ: UN ANACRONISMO CON VIGENCIA

Como las flores que brotan trajeadas de gracia,
también había nacido con la malicia indígena
lo revelaría desde niño como el terror de los tramposos,
son los tramposos, casi indescifrables.

HECTOR SANCHEZ
GATILLO LÒPEZ

Hablar de Héctor Sánchez es referirse a uno de los escritores tolimenses que a pesar de ser reconocido regionalmente, ha tenido, en los últimos tiempos, poca trascendencia nacional, aun cuando su obra ha sido publicada en diferentes países de habla hispana. Él es quizá de los pocos narradores que ha dedicado todo su tiempo a la literatura (como una verdadera forma de vida) y se ha sostenido únicamente con lo que puede “arrancarle” a las letras –si es que deja algo más que la satisfacción personal. La selección de cuentos Villasaurios es publicada en 2004 por la editorial Pijao y hace parte de la colección “Libros de bolsillo”, dentro de la que figuran importantes escritores del departamento y la nación, lo que supone que su inclusión en ella, es otra muestra de reconocimiento para este escritor.

Villasaurios hace énfasis en el relato de las anécdotas de los habitantes de pueblos apartados y las vicisitudes de los hombres que dependen del funcionamiento del estilo de vida campesino, y que se debaten entre problemáticas de otros tiempos y postulados contemporáneos de pensamiento. Aquí precisamente es donde creo que la selección de cuentos gana validez, pues el hecho de retomar elementos que actualmente son anacrónicos y darles un giro hacia problemáticas que involucran al ser contemporáneo, otorga un matiz de pertinencia que justifica, incluso, el título del libro.

Villasaurios me refiere soledad, me genera un ambiente de tedio, mucho sol y antigüedad; es como una parte remota que se niega al progreso y se cierra en una cápsula en la que el avance no existe y sólo queda el individuo ajeno a un mundo globalizado y tecnológico. Sin embargo, en esa cápsula habitan personajes hermosos, como “Los Chilinchiles”, personajes que comprometen y encarnan el despotismo y el nihilismo en que viven ciertos renglones de las sociedades provincianas, dadas al hedonismo y la vaguedad, al licor y la vida fácil. Aunque es este aspecto, el de cierto ruralismo, el que sobresale en todo el libro (los personajes poseen nombres que parecen sacados de un directorio telefónico arcaico), las problemáticas que enfrentan son tan complejas, que sólo la pluma versada de Héctor Sánchez logra articularlos con sus esfinges y caracteres.

La idea de la cápsula se genera al comparar las anécdotas de los cuentos, ya que todos los personajes aceptan que existe la ciudad y el progreso, pero prefieren la cotidianidad tranquila, dormitada y pendenciera en la que sus vidas se alejan del afán, el caos y la urbanización descontrolada. “No hay forma de saber cuándo empezaron a hacernos creer que más allá de lo conocido, hay cosas que debemos tomarnos en serio” dice el personaje de ese bello cuento Alas altas, a la baja. Se me antoja decir que incluso el mismo Héctor Sánchez es uno de esos personajes que prefiere el sosiego y la tranquilidad al agite en el que sus ojos no quisieran más que desviar la mirada del asfalto y el smog, de la paranoia y la esquizofrenia en que habitan los hombres de la urbe. Quizá por eso comprendo la hermosa vida de ese otro personaje que pasa su eternidad al amparo de un palo de guayabo y en la observación de las nubes y los pichones que lo rodean.

La madurez en la idea se refleja en la sencillez de la escritura y la contundencia de la imagen, y para Héctor Sánchez parece ser cotidiano el lenguaje sin trampas, sin mecanismos, sólo las palabras, las simples y cotidianas pueden descifrar el universo de Villasaurios; no existe otro lenguaje que pueda acercarnos a la verosimilitud de sus anécdotas, contadas con una poética provista de luz y alegría, pausada y precisa.
En Villasaurios el lector podrá encontrar el aire de la anécdota clásica, la sobriedad de la escritura, y sobre todo, un espacio para reírse de las desgracias que acompañan a los seres humanos de una ladea olvidada en la memoria de un escritor, que también se ríe a carcajadas del progreso postmoderno y sus cargadas formas de escritura.

OMAR GONZÁLEZ.

Ficha técnica del libro:
Héctor Sánchez. Villasaurios. Ibagué: Pijao editores,.2004.

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