jueves, 14 de mayo de 2009

“EL PACHANGA” POR DAVID SANCHEZ JULIAO: “ASÍ ES LA VIDA, SABE COMO’E: UNA PELICULA E VAQUEROS”

“La grandeza de un idioma está en lo que los habitantes de un país hacen de él”
Rafael Flórez


En la oralidad está la riqueza y pureza de la lengua, su carácter camaleónico, la respiración y los latidos del lenguaje. Con base en la afirmación anterior, hace algún tiempo me encontré con un compilado de relatos que inevitablemente me incitaron a escribir algo. Son una serie de narraciones que no se limitan a los dos compactos que cayeron en mi poder, sino que han consolidado toda una obra sonora que bien podría reposar en una fonoteca y que, para mayor precisión, recibe el rótulo de audio libro.
“Un audio libro, también conocido como libro hablado, es la grabación de los contenidos de un libro leídos en voz alta. La grabación puede ser generada por computadoras, o puede ser leído por personas, muchas veces actores. Normalmente se distribuye en soporte de CD, cintas de casete, DVD o en otros formatos.”

El responsable de estos relatos es un escritor de Lorica (Córdoba), a quien corresponde -según una enciclopedia virtual ampliamente frecuentada- la siguiente catalogación: “el primer audio libro de la historia fue grabado por el escritor colombiano
David Sánchez Juliao quien, en 1975, grabó una serie de cuentos que aparecieron bajo el título de “¿Por qué me llevas al hospital en canoa, papá?”. Entre 1975 y 1981 Sánchez Juliao grabó y publicó El Flecha, El Pachanga, Abraham Al Humor, Foforito, Pedrito el soñador y otras creaciones del mismo género (…)”

La muestra escogida se titula “El Pachanga”. Es un relato en el cual se configura un pequeño universo plagado de personajes que exponen su idiosincrasia sin barreras, habitantes de una atmosfera cálida, jacarandosa, que para algunos puede parecer prosaica pero que se condimenta con el tono particular del ambiente costeño, lo cual le otorga verosimilitud a la propuesta narrativa. Estos detalles composicionales, que pueden pasar como demasiado locales, tienen su cuota de validez si se tiene en cuenta, en materia lingüística, las particularidades que presentan los diversos niveles de la lengua según determinado momento socio histórico.

Sánchez Juliao tal vez sea más reconocido por sus narraciones impresas como Pero sigo siendo el rey, y El País más hermoso del mundo. Pero, alejado de estas formas de presentación tradicional, “El Pachanga” hace parte de una obra sonora compuesta por 7 narraciones incluidas en dos compactos. “El Pachanga”, un man bacano, legal, el “full” salsoso en palabras del mismo protagonista, cuyo nombre de pila (José de Jesús Negrete) no dice nada frente al verdadero carácter del poseedor del melodioso apelativo que inevitablemente incita al bullicio.

Él es un conductor de un viejo camión que -de manera minuciosa- presenta las peripecias de su vida luego de trasegar por su pueblo natal, mientras aguarda una carrera en el parque para evitar pasar otro día sin alimentarse. El contexto de situación de dicha zozobra es la plaza principal de Lorica (Córdoba) con todo y la modorra que propicia el calor, que parece avivar el aletargamiento y la condición de pobreza de los oriundos del lugar, quiénes, pese a ello, no pierden oportunidad para “chismosear “y “mamar gallo”.

Un narrador por fuera de la historia abre el relato, para luego ceder la responsabilidad del contar al Pachanga, quien en forma de monólogo y soliloquio, presenta la retrospectiva de su azarosa vida. En total son 22 minutos 20 segundos dirigiéndose a un lector solapado que escucha sus “hazañas” de nomadismo y rebusque.

Podría decirse que algunos de los rasgos anteriormente citados, deambulan por los artefactos literarios de un Gómez jattin, el “tuerto” López, Ernesto McCausland, y García Márquez, en tanto que en su prosa o lírica aparece superficial o subrepticiamente un humor sutil, descarnado en cuanto a su carácter de afrenta si se quiere, que incita a una sonrisa pero trastoca alguna fibra del intelecto o la emoción del individuo. Muestras de la riqueza oral costeña, en el caso de “El Pachanga”, son el empleo de anagramas – transposición de sílabas (bajotra, mionca, tevein), la recurrencia a apodos como el “nalguegallo” y el uso de términos que hacen parte del argot de ciertos oficios inherentes a un sector de la sociedad costeña: “los manducos” para nominar al dinero.

De la misma manera dicho registro popular es hábilmente explotado por medio del uso de recursos retóricos como la ironía, el sarcasmo, la sátira: “el pingadioro” para referirse al gallo que mas canta pero también al que posibilita el acercamiento con las prostitutas bonitas. O la alusión a la clase dirigente del pueblo de Lorica, los gamonales, cuya plaza principal del pueblo- según el personaje central- era corral de ellos, de su ganado.

Se puede agregar que este tipo de relato -en cuanto a su carácter oral que puede pasar por improvisado- se distancia de lo superfluo y ligero de otras modalidades de presentación como por ejemplo el stand comedy, que no da espacio para la reflexión, para cierta re-elaboración lingüística, y donde lo cotidiano se presenta sin ropaje alguno, mostrando lo nimio que en ocasiones somos.

En esta obra sonora se puede encontrar a nuestro antihéroe posando de erudición al increpar a su interlocutor, por no saber pronunciar las marcas de Whiskey en el código lingüístico natural de cada una. O la emisión de expresiones que mezclan arbitrariamente el inglés y el español: estrilar, tu joder fucky, fucky, jarriar gringos en el camión p’onde las putas. Para citar un pasaje donde el personaje principal rememora la época de bonanza de Coveñas: Cuando llegaban cualquier cantidad de barcos de “los misters”… y a parrandiar por cuent’el imperialismo yanqui. Esa es la Lorica que pinta el locuaz Pachanga. “Un pueblo donde parece que regalaran el hambre. Donde Todos los gobiernos… la misma mierda… la misma damier pero con distinto cojon”.

Por último este relato permite observar la manera como el prejuicio particular puede consolidar el imaginario colectivo que se generaliza, crea arquetipos de comportamiento y los refuerza, por ejemplo, por medio de los códigos estéticos: la ruana, el sombrero, la alpargata, la alimentación, etc.

Dicha caracterización distintiva hace que en la muestra reseñada, la capital del país sea nominada como “cachacolandia”. En palabras de “El Pachanga”, puro cachaco que no saben que es lo legal, arrutana’os, nalguita escurri’a, barbita’ e chivo y cachete colora’o… Pasan con tu’el Carulla p’a la playa y van gastando pesito a pesito. Creen que aquí en la costa comemos pura mierda. ¿Algún mensaje dirigido al centralismo?

Recalcamos que en esta obra podremos disfrutar de una prosa despreocupada, locuaz, con circunloquios, plagada de frases hechas, modismos, interjecciones (ñerda, no joda) y el sarcasmo en el registro dialectal costeño (Estas particularidades conformarían la antítesis de modelo de hablante para don Antonio Nebrija, Andrés Bello, o Caro y Cuervo. De eso estoy seguro, pero ¿Qué hubiese pasado si ellos hubieran sido costeños?)

Gracias a los avances en las disciplinas del lenguaje, se ha pasado de la concepción de un hablante ideal a uno real. De tiempo acá se enfatiza en el análisis del código oral, la enunciación real sobre el enunciado ideal. En sí, el potencial pedagógico-didáctico debe recaer en el aprovechamiento de la naturalidad, espontaneidad, retroalimentación, contacto directo, inmediato, los matices y pausas inherentes al registro oral de los sujetos discursivos. Por ello resulta suficientemente válida la propuesta narrativa del escritor costeño e mención.

Para finalizar, y luego de esa andanada de sinceridad locutiva representada en el personaje central, la narración finaliza mostrándolo recostado en las “hijueputas paredes de la iglesia del pueblo”, esperando angustiado la inevitable hora del almuerzo que acecha amenazante, a tantos de los “Pachangas” que pueblan este país.

JOSE ALEJANDRO LOZANO CARDOZO
alejocar23@yahoo.es

Ficha del audio libro: Sánchez Juliao David, “El Pachanga “En: Historias Esenciales, Discos MTM, Bogotá, Colombia, Primera Edición: 2005

REFERENCIAS
"http://es.wikipedia.org/wiki/David_S%C3%A1nchez_Juliao"

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