miércoles, 10 de junio de 2009

EL FUEGO SECRETO EN EL RIO DEL TIEMPO


El fuego secreto, es la segunda producción consignada en El rio del Tiempo, novela que como se mencionó en mi anterior texto, es importante para reconocer de alguna forma, la vida y obra de Fernando Vallejo, uno de los escritores más importantes en la actualidad literaria colombiana.

Antes de ahondar sobre el contenido del texto, es importante advertir que, comúnmente en literatura, cuando se desea reconstruir la historia intima por medio de la escritura ficcional, algunos detalles, reflexiones, opiniones o acotaciones sobre un acontecimiento o situación propias, generan una variación genérica de la trama, por lo que es fácil encontrarnos con un fragmento del pasado entrelazado en un momento determinado con una situación actual o futura, lo que hace “perder” el hilo conductor de la obra. En el caso particular, esta novela recurre a saltos de tipo temporal, por lo que se hace imprescindible determinar un verdadero objeto central de la narración.

Para tales fines, es necesario señalar que en El fuego secreto, profundiza en la juventud de Fernando Vallejo, inclinada desde un inicio al homosexualismo y al desenfreno. La obra es muy generosa en exponer, por ejemplo, el “selecto” grupo social del narrador - personaje, entre los que se destacan una variedad casi incontable de amistades homosexuales, o “maricas” como él menciona, sean estos de su natal Medellín o de Bogotá. Asímismo, se aluden a situaciones recurrentes de los personajes a nivel sentimental, que conducen al protagonista a pensar que el amor no existe, y que, por el contrario, lo que vive el hombre son “momentos de amor” (Pág. 269)

De manera paralela, la obra plantea la imposibilidad que, en su momento, tuvo Vallejo de realizarse como individuo, debido a las restricciones normativas de la Ley, ese elemento que ciñe a las sociedades a un comportamiento único e igualitario. Para ello, el personaje se burla de los tabús establecidos, sean estos terrenales o divinos. Toma la imagen de Simón Bolívar y la ridiculiza, en aras de establecer la inexistente emancipación que el mismo “Libertador” forjó en su empresa revolucionaria, inconclusa como se sabe en la historia, por la clase dirigente Santanderina y española.
Su crueldad hacia Bolívar no tiene cautela, siendo recurrentes las menciones mordaces al héroe de América:

“Mírelo usted, el Disociador, el Sanguinario, el Ambicioso, cuajada su ambición en bronce sobre un caballo. El Libertador le dicen, ¿pero de qué nos libertó? ¿De España y sus tinterillos? ¿A quienes cada dos meses cambian de alcalde, de personero, de tesorero, de gobernador, de ministro?... Vuelan las palomas sobre la estatua del héroe y la bañan de porquería. El libertador, el héroe, un héroe que murió en la cama…” (pág. 185)

Dentro de las anteriores consideraciones, podemos encontrar una idea de ciudad que fija las actitudes del personaje en su trasegar adolescente. Particularmente, la novela permite hablar de Medellín, la “bella villa”, ciudad majestuosa con el pasar del tiempo y enraizada en el imaginario del protagonista. Al respecto, el personaje la caracteriza como:

“Ciudad de cantinas, de burdeles y de iglesias. Matadero, puteadero, rezandero. En ti naci y en ti me muero hora a hora, día a día, año a año, divisando lo que solo yo alcanzo a ver desde mi alta torre (pág. 277)

En últimas, El fuego secreto, expone el panorama conflictivo del ser joven que añora la libertad, truncada por imposiciones legalistas y religiosas de la sociedad antioqueña. De igual modo, se evidencian los múltiples fracasos y frustraciones propios de este joven irreverente. Como comentario final, agregaría que es una narración divertida, con un alto grado de ilustración espacio temporal y, sobre todo, con un gran escepticismo que brota entrelineas.

Juan Carrillo A
juanelcaibg@gmail.com

Ficha del Libro: VALLEJO, Fernando. El río del tiempo. Bogotá. Editorial Alfaguara. 2003

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