domingo, 4 de septiembre de 2011

MIRADA A UNA ANTOLOGÌA DE CUENTOS

En la pasada feria del libro de Bogotá se llevó a cabo el lanzamiento del Libro “Cuentos del Tolima, Antología crítica” del sello editorial Alma Mater, firmado por los autores Libardo Vargas Celemín, Jorge Ladino Gaitán y Leonardo Monroy Zuluaga. Esta antología ofrece su mirada alrededor de la cuentística del departamento, particularmente a aquella que ha sido reconocida por obtener el primer puesto de concursos a nivel nacional e internacional, a la vez que aborda cada uno de los textos a la luz de la crítica literaria y el estudio de las formas estilísticas de cada uno de los llamados a conformar la antología.
Se sabe que en medio de las posibilidades de una investigación existen tantas variables como formas de plantear el producto final. Sin embargo, estos riesgos de la posibilidad enmarcan otra suerte de disyuntivas, que no sólo tienen que ver con los problemas o líneas de acción, sino con la presentación misma de los resultados. Así, encontramos que, por ejemplo, cuando de literatura se trata, las investigaciones dan lugar -dependiendo del género investigado, la época o los autores- a una serie de títulos bautismales que pretenden mostrar  el contenido de lo hallado en el proceso, o que  corresponden al carácter de lo que el lector encontrará entre sus páginas. Basta recordar algunos de estos: Antología, Antología comentada, Antología crítica, de cuento, novela, poesía, ensayo, teatro, minicuento, etc. Entre ellas existen rasgos definitivos que las hacen distintas de las demás, en especial cuando se abordan pensando en procesos histórico-temporales, bibliográficos, bio-bibliográficos  o temáticos.
Resulta de suma importancia resaltar el hecho de que en medio de tan amplio número de cuentistas que producen su obra en el departamento, sólo aquellos que han sido galardonados en algún concurso estén llamados a elevar lo que bien pudiera ser el haber de la cuentística tolimense, pues es claro que de entrada el criterio de selección no corresponde netamente a la realidad de la escritura general  del departamento, ya que varios autores que no aparecen en esta antología son de gran altura, y aunque no obtuvieron un premio literario en este género, han sido excelentes escritores y se han realzado en la literatura nacional por la calidad de su narrativa, como es el caso de  Eduardo Santa, Hugo Ruiz rojas y Carlos Flaminio Rivera.
Sin embargo, se debe hacer la salvedad de que cuando de selección se trata, es imposible dar entera satisfacción a los lectores, más cuando estos poseen particularidades de lectura que reclaman la presencia –y condenan la ausencia- de algunos de sus autores predilectos. Para el caso de la presente, el criterio de selección corresponde a eventos literarios en que los autores tolimenses tuvieron el punto más alto de reconocimiento, por lo que este hecho no debe ser tan importante como sí los comentarios y reseñas críticas que tejen los antologistas alrededor de cada texto premiado. No obstante, considero pertinente traer a colación el fragmento de una reseña que elabora Hugo Hernán Aparicio Reyes a propósito de la presente Antología, en la que asegura que sobre el aspecto del criterio de selección los convocados:
“La eventual consecución de premios en eventos de disímil nivel, contexto histórico o tópico, rangos de inclusión y concurrencia de participantes, no parece referente eficaz para elegir relatos o autores”.
En este sentido, puedo afirmar que comparto los aspectos que resalta Hugo Hernán Aparicio, y siendo un poco más escéptico, se sumaría a estos puntos de análisis  el hecho de rastrear los jurados, sus criterios y el acta con la cual dan cuenta de los elementos que hacen de cada relato la obra por excelencia de cada concurso. Pero en todo caso, me sumo más al criterio de selección de los antologistas, pues queda claro que abarcar la totalidad de  la producción que haya en todo un departamento desde un género específico, es un trabajo que no sólo implicaría una vida entera, sino muchos volúmenes de resultado, algo poco favorable ante las exigencias editoriales, y yendo más allá, al tiempo y disposición de los lectores.
Digamos más bien, que lo que mueve el interés hacia este trabajo, es el hecho de que el aporte que hacen los antologistas dista mucho de otros intentos por resaltar la cuentística del departamento, como el que alguna vez realizara Carlos Orlando Pardo en su antología de “Cuentistas del Tolima”, en la que existe sólo una mirada bio-bibliografica que descuida los rasgos estéticos e ideológicos que caracterizan la producción de los autores congregados; o la reunión de textos amparada bajo el nombre “La violencia diez veces contada” que dirigiera el mismo autor; la bella e interesante selección de textos sobre prostitución que Roberto Ruíz Rojas selló como “La putería”. En este sentido, la Antología que nos ocupa, es el resultado de un proceso de acercamiento crítico a los cuentos, dado desde la mirada teórica, conceptual y analítica de los antologistas, que para conocimiento del lector, reparten el corpus -16 cuentos- de tal manera que a cada cuento corresponde la reseña específica de un antologista, -y no de todos- lo que de entrada supone individualidad en las visiones y absoluta particularidad en los comentarios.
Aunque esto no debe ser relevante para juzgar el contenido crítico de la antología, pues en medio de esta fragmentación del corpus hay toda una reflexión dialogada en conjunto sobre cada uno de los textos, y esto se siente a medida que se leen los comentarios críticos, pues en la mayoría de ellos existe una lógica analítica que demarca todo un proceso metodológico para su acción, que va desde el breve resumen del texto, pasando por un acercamiento al contexto literario de su autor, hasta la generalización de las posturas narrativas, estilísticas e ideológicas que se hallan entre líneas, o en la concepción y aportes que hace cada autor al contexto literario de la región y la nación.
Puede rastrearse en esta antología el eventual proceso de transformación temática, estilística y estética que ha tenido el departamento, pues aunque es atrevido decir que cada cuento corresponde a un contexto literario específico del departamento, sí es claro que el hecho del orden en que aparece  cada uno está trazado por una línea temporal en la obtención de los premios,  que demarca  la posibilidad de identificar las variaciones en los aspectos narrativos,  la riqueza en la presentación de las acciones, y la temática en torno a la que gira cada momento histórico. Baste nombrar por ejemplo el carácter naturalista y romántico de los cuentos de   Uva Jaramillo, y Luz Stella; la influencia de los fenómenos de la violencia bipartidista en  Germán Santamaría, Eutiquio Leal y Jorge Eliecer Pardo,  los juegos intertextuales y metaficcionales De Jaime Alejandro Rodríguez y Carlos Orlando Pardo; el deleite metafórico y la sensualidad en Oscar Godoy Barbosa; reflexiones filosóficas y sobre la historia en manos de Cesar Pérez Pinzón; las anécdotas suburbiales y de ciudades anónimas de Elmer Hernández; la observación detallada de la barbarie y la desazón que acompaña la actualidad militar en Libardo Vargas celemín; y otros más que se juegan su propuesta con el humor, la sátira y la ironía, como  Alexander Prieto.
Existe otra reseña en el recientemente aparecido ejemplar número 20 de la revista “Aquelarre”,  firmada por Jesús Alberto Sepúlveda (quien aparece en la antología por ganar un concurso nacional de cuento en 1988) en la que el autor decide dedicarse no a reseñar la Antología crítica de cuento sino a desmenuzar, para los ojos del lector, sus apreciaciones sobre los cuentos ganadores que conforman la compilación, con lo que demuestra que su interés está en sentar palabra sobre los textos narrativos para dejar de lado el trabajo acucioso, la importancia y el sentido intelectual que trae el trabajo de investigación de los antologistas, pero al fin de cuentas, ese es su estilo, tan valioso como cuestionable.
Podría extenderme, pero creo que para este fin existe –como elemento de regocijo- la presente antología, que no solo contribuye al establecimiento de una historia del cuento en el Tolima, sino que abre luces para que nuevas investigaciones vean en los estudios regionales serias alternativas para contar, como decía Hayden White, la historia desde lo periférico, la representación de los imaginarios olvidados, las voces de lo clandestino, y el fruto de las apartadas vides.
Queda abierta la invitación a realizar el recorrido sobre los imaginarios que se hallan en la narrativa que reúne esta antología, pero sobre todo, a realizar un estudio detallado y juicioso de cada apreciación que sobre este entramado hacen los compiladores, que a buena hora, nos entregan su compendio de críticas y reseñas sobre lo que ha parido la cuentística tolimense para Colombia y el mundo, pues este ejercicio investigativo bien pudiera ser el llamado a la interacción, la retroalimentación y a la voluntad investigativa.
OMAR ALEJANDRO GONZÁLEZ
Ficha del libro: Gaitán Bayona, Jorge. Monroy Zuluaga, Leonardo, Vargas Celemín Libardo; Cuentos del Tolima, Antología crítica. Alma Meter, Bogotá, Febrero de 2011. PP.387.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿QUÉ OPINA USTED?